Muchos planteles han tenido que prohibir su uso no sólo porque el estudiante se distrae, sino porque también se emplean como un recurso silencioso para copiarse en los exámenes, chatear, fotografiar e inclusive grabar al profesor u otro alumno para exponerlo al escarnio público a través de Youtube, enviar mensajes por Twitter, revisar Facebook, entre otras aplicaciones.
Más allá del uso que se le está dando a esta útil y beneficiosa herramienta tecnológica, existe un problema de dependencia y que ya es motivo de consulta psiquiátrica. En algunos países existen clínicas y programas especiales para tratar la adicción al Blackberry, la cual provoca cuando se les priva de su uso, crisis de abstinencia similares a las personas adictas que abandonan la droga, el alcohol o el hábito de fumar. El programa incluye uso de psicofármacos y rehabilitación para estimular las relaciones interpersonales.
Otra de las características que se pueden observar es la pérdida de modales y de educación porque, prácticamente, la persona se aísla del mundo exterior. Algunos especialistas los han bautizado como "autistaselectrónicos". No sueltan el celular para nada. Ni siquiera para dormir.Son hábiles para tomar, al mismo tiempo, los cubiertos en la mesa y responder un mensaje con una rapidez impresionante, mientras comen.
No les importa que alguien esté hablando algo importante e inclusive no dejan de verlo para ver si llegó algo nuevo.
Lamentablemente, los adultos no hemos sido el mejor ejemplo. Cuántos padres no se comunican ni con sus hijos ni con su pareja porque están pendientes del teléfono. Se da el caso de hermanos, por ejemplo, que se envían mensajes, desde una habitación a otra, en la misma casa o de reuniones importantes como una graduación, cumpleaños o bautizo, donde los anfitriones están con el celular en la mano y ni siquiera prestan atención a los invitados.
Entre las recomendaciones de los especialistas sobre el uso adecuado de la tecnología está establecer reglas y horarios. Una de ellas es apagar el celular en la mesa, porque a la hora de comer la familia puede intercambiar ideas, conversar sobre determinado tema o hablar sobreexperiencias agradables ocurridas durante el día.
Otro momento cuando es necesario que los niños, niñas o adolescentes se desprendan del móvil es mientras hacen las tareas, porque la tentación de chatear, "twittear", actualizar Facebook o meterse en un videojuego es muy grande y esta es una de las causas de bajo rendimiento escolar.
PELIGROS
Esta panelita acabo con el diálogo entre los jóvenes a quienes hoy vemos en grupos a veces numerosos chateando uno frente al otro sin mascullar una sola sílaba en largas horas de ejercicio ignorando qué acontece alrededor, pues solo les interesa los mensajes que van en una y otra dirección.
Hoy en día en cualquier residencia donde haya Blackberry se pueden ver los computadores archivados porque los muchachos han dejado de usarlos.
Nuestro idioma esta en riesgo de perder parte de su esplendor por el aumento en la comunidad chateadora de ciertos códigos empleados para resumir las palabras y así ganar espacio en la pantalla del aparato por ejemplo el cálido “Te quiero mucho” ha quedado reducido a T.Q.M.
Actualmente no son los gorreros ni los latosos los culpables en acabar una parranda, me confiesa Andrés Alfonso, el hijo de Zuleta que ahora es el Blackberry, pues son varias las ocasiones en que se malogra una reunión por la poca atención que se le presta a los músicos de turno al estar todos inmersos en los mares del chateo y así cantante y acordeonero ofendidos, se largan ojalá y no les hayan cancelado el toque.
No obstante su inofensiva apariencia, este imprudente aparatejo está acabando la privacidad de las personas, mi buen amigo Fernando Gómez quien con su núcleo familiar está en la onda blackeberriana donde todos los miembros se enteran de los mensajes que salen y entran se llevó tremendo susto al tropezar uno enviado por su hijo mayor que rezaba: El B.B será la felicidad de este hogar, al increpar al muchacho sobre quien era la embarazada, este le explicó que era la manera como los jóvenes se refieren al Blackberry.
Existe además el riesgo de que alguien al pillarnos en alguna acción licenciosa, perversamente le envié una foto a la novia o esposa como ha venido ocurriendo, con el consecuente espaturramieto sentimental que esto implica. Es por eso que las señoras de los adultos que usan el B.B. ahora están felices en su condición de tesoreras permanentes, pues ninguno se atreve a hacer una consignación en un banco diferente al local por el temor a un furtivo lamparazo que nos lleve irremediablemente al patíbulo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario